Cuando compramos no sólo buscamos algo que nos guste o nos siente bien.
Queremos tejidos que apenas se arruguen, que no ocupen mucho en nuestra maleta, que no necesiten planchado, a poder ser con tratamiento antimanchas.
Que sequen rápido, que nos mantengan el calor corporal, que sean ligeros…
Camisetas y bolsos en los que podamos estampar una foto superrealista. Usamos botas de seguridad para el trabajo, guantes de protección, mascarillas fashion pero que cumplan la normativa…
Y además, queremos que sean artículos económicos. Pero…
¿ Sabes de qué está hecha tu ropa ?
Clasificación de los tejidos textiles
Según su origen:
1.- Fibras de origen natural: vegetal o animal.
2.- Fibras de origen natural procesados de manera artificial.
3.- Fibras de origen químico o sintético.
Fibras NATURALES de origen VEGETAL
El lino
Es uno de los tejidos más antiguos. De gran calidad y más resistente que el algodón. Ligero y fresco, aunque no muy elástico, por lo que puede deformarse si no lo cuidamos.
Otras fibras de origen vegetal que se utilizan en artículos textiles son: bambú, cañamo, yute, esparto y coco.
Fibras NATURALES de origen ANIMAL
Seda
Se obtiene de los gusanos de seda.
Es de los tejidos más caros. De gran calidad. Ligera y transpirable.
Es delicada. Necesita lavarse de una forma especial para que no se estropee.
Con ella se elaboran tejidos más complejos como el encaje o el tul.
Alternativas a la piel animal
Las pieles sintéticas o polipiel, son una alternativa al maltrato animal, pero no son ecológicas ya que su componente base es un derivado del petróleo.
Por suerte tenemos la opción de las pieles vegetales que surgen gracias a las nuevas investigaciones y, sobre todo, debido a la concienciación ecológica y medio ambiental.
También existen fibras de origen vegetal mineral pero apenas se utilizan en prendas de moda.
Fibras de origen ARTIFICIAL
Son fibras elaboradas a partir de materias primas de origen natural, pero procesadas de forma artificial Generalmente son de origen vegetal o de otros compuestos vegetales como la celulosa.
Las primeras fibras textiles artificiales surgieron como una forma más sencilla y económica de obtener seda natural.
En función de las materias primas empleadas se denominan celulósicas, proteínicas o algínicas.
Fibras artificiales celulósicas. Se elaboran a partir de la celulosa el rayón o viscosa, el acetato, la tela de bambú, el modal, el lyocell o el forro de seda.
Fibras artificiales proteínicas. A partir de proteínas de origen animal o vegetal como el azlon, el ardil, la vicara o el lanital.
Fibras artificiales algínicas. Producidas a partir de una sustancia que es soluble en agua, el alginato de sodio. Se utiliza para la elaboración de tejidos calados y tramas decorativas de prendas de vestir. Al ser solubles en agua, no son lavables.
El uso de productos químicos altamente contaminantes durante la producción de este tipo de fibras hace que su fabricación resulte ecológicamente insostenible.
Además, terminada la vida útil de los productos textiles artificiales, estos no son biodegradables, y se convierten en desechos muy contaminantes.
Fibras de origen SINTÉTICO
Son materiales muy resistentes, duraderos, y absorben muy poco la humedad. Se utilizan para producir tejidos aislantes o prendas que no requieren de demasiado cuidado para su mantenimiento. También permiten crear tejidos antimanchas, repelentes de la humedad, telas antiarrugas, etc
En función del proceso químico de síntesis de estas fibras, podremos hablar de fibras sintéticas obtenidas por policondensación o por polimerización.
Policondensación: se emplean dos moléculas de componentes distintos, que se condensan originando una molécula de un nuevo producto y una molécula de agua. El resultado es un copolímero de nueva creación.
Algunos ejemplos son el Nylon, el poliéster o las fibras de PET.
Polimerización: se parte de dos monómeros que se unen mediante un enlace covalente, dando lugar a un nuevo compuesto en forma de polímero. En función de la estructura que presente este polímero, hablaremos de fibras sintéticas acrílicas, poliolefinas o elastómeros.
Algunos ejemplos son el Acrylan, el Leacril, el Thermovyl, el Courlene, el Saran, el elastano o la Lycra.
Las fibras sintéticas resultan fáciles y económicas de fabricar, tienen aplicaciones muy versátiles, son resistentes y aportan una larga duración a los tejidos.
La contrapartida es que son producidas a partir de combustibles fósiles.
Dan como resultado productos no biodegradables y su proceso de elaboración es muy contaminante.
Además, cuando lavamos tejidos elaborados con estos materiales, van liberando microfibras en el agua, hasta 700 000 con cada lavadora que ponemos, contribuyendo así a la contaminación por microplásticos de ríos y océanos.
Los textiles y las alergias
Existen muchos elementos que producen alergias en las personas.
En el caso de los tejidos, la mayor parte de las veces no es la tela la que provoca la alergia, sino más bien los tratamientos químicos con la que ésta pueda estar tratada.
Si la fibra es tratada de forma natural sin sustancias químicas se reduce notablemente la posibilidad de sufrir una reacción alérgica.
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